AL ACTO DEL 7 DE MAYO EN PUERTA 4
POR UN BICENTENARIO CON MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
¡VAMOS POR MÁS!
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS MILITARES Y CIVILES
Cuando el 20 de abril de 2010, en Vicente López, se dictó condena a los responsables del terrorismo de Estado, que actuaron desde Campo de Mayo, se dio un nuevo paso hacia la Memoria, la Verdad y la Justicia.
La Argentina está viviendo una nueva etapa marcada por la recuperación de nuestra identidad nacional, los objetivos sociales políticos y económicos del pueblo junto a la revalorización de la militancia política, que abraza el Proyecto Nacional y Popular, fundamentalmente comprometida con la justicia y con la memoria, única posibilidad de encontrar caminos ciertos de reconstrucción de la Patria. La incansable lucha de los organismos de Derechos Humanos, los militantes del campo popular, las organizaciones políticas, desde Evita hasta hoy -este acto coincide con la fecha de su nacimiento-, sumada a la entonces Coordinadora de Gremios, Comisiones Internas y Fábricas en Conflicto y la voluntad política del actual Gobierno Nacional, nos permite comenzar a construir una sociedad sin impunidad.
Se está reivindicando la lucha de muchos compañeros que dieron su vida por la Liberación Nacional y Social. Se recupera la memoria de una generación que fue torturada y desaparecida por el terrorismo de Estado: desde esa situación, se están juzgando a los responsables militares y, a partir de la derogación del indulto a Martínez de Hoz, por el secuestro de los empresarios Federico y Francisco Gutheim se comienza a llevar al banquillo de los acusados a los civiles que fueron el soporte ideológico del golpe de cívico militar –más cierta cúpula eclesiástica y numerosos capellanes- del 24 de Marzo de 1976. Porque el terrorismo de Estado fue el mecanismo para llevar adelante la destrucción de las estructuras económicas y sociales a favor de los grandes grupos concentrados de la economía.
Como pueblo, hemos vivido en estos últimos doscientos años luchas, contradicciones y avasallamientos por golpes de Estado. Era “corriente” la interrupción del funcionamiento institucional, la hegemonía de los que más tienen en detrimento de los más pobres, que sufrieron todo tipo de expoliaciones y saqueos.
Esos golpes de Estado perseguían distintos objetivos aunque coincidían en la identificación de su enemigo interno, el Pueblo, sus conquistas y reivindicaciones. La dictadura que asaltó el poder el 24 de marzo de 1976, escribió la página más dolorosa para nuestro pueblo, instalando una metodología de exterminio, que el compañero, militante y periodista Rodolfo Walsh, en su carta a la Junta Militar definiera claramente en 1977.
El terrorismo de Estado cometió crímenes contra el pueblo, dejando como saldo una generación de cuadros y militantes diezmada por la tortura y la desaparición forzada: la destrucción de todas las conquistas sociales, gremiales y políticas que a través de muchos años de lucha, nuestro Pueblo había conquistado.
En lo económico, la Dictadura apuntó a impedir los avances ligados al interés popular para consolidar estructuras económico sociales ligadas al neoliberalismo. Decía Walsh: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.”
Destruyó todo rasgo de independencia, abortó procesos de industrialización nacional para convertirla en una raquítica economía cada vez más dependiente de los centros de poder concentrado. En la década del 80, a tono con el neoliberalismo, los gobiernos de la Argentina hacían los deberes preparando las bases del lamentable modelo que se consolidó en los noventa durante el menemdelarruismo.
Las secuelas de ese engendro político y económico se vivieron aún con más nitidez en la estructura social. De un país pujante y en vías del autosostenimiento, con trabajo digno y ascenso social creciente, buena educación pública, donde los hijos de obreros accedían a la universidad, la última dictadura preparó la puerta para la caída de millones de argentinos en la marginalidad total, sin derecho al trabajo ni al estudio y sin salud pública que los atendiera. Mataron, torturaron, violaron, robaron bebés arrojando a sus madres al mar, al tiempo que exiliaron a miles de militantes argentinos y así consolidaron la entrega. Planificaron, desde el terror, un disciplinamiento social acorde con lo que querían los monopolios extranjeros y la oligarquía local.
Se construyó un sistema oscurantista, utilizando la censura, la destrucción de libros y estudios científicos, la persecución a intelectuales, periodistas, impidiendo cualquier publicación que desafiara las atrocidades de la dictadura. En esos años se permitió un decreto ley de Radiodifusión que favorecía la concentración de los medios de comunicación y el robo de Papel Prensa a la familia Graiver, mientras varios de sus miembros eran sometidos a tortura. Los que se beneficiaron con esa situación, están trabando la aplicación de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual del Gobierno Popular, al tiempo que esconden nietos apropiados ilegalmente mientras ocultan su identidad, como Ernestina Herrera de Noble.
En el marco de alianzas cada vez más fuertes con nuestros hermanos latinoamericanos -que también vivieron dictaduras-, todos los países de América Latina estarán festejando su emancipación de la corona española. Casi todos sufrieron en carne propia la estrategia de los golpes de Estado ordenados por el imperialismo y ejecutados por las oligarquías locales. Los países hermanos, como el nuestro, también están encarando ricos procesos populares de reconstrucción de sus economías, de sus identidades, la plena soberanía, independencia y justicia social de sus pueblos. Cuba, resistiendo el embargo económico, Bolivariana de Venezuela, profundizando su revolución. Bolivia, donde campesinos, obreros y pueblos originarios están construyendo la patria plurinacional. Nicaragua, Paraguay, la resistencia de Honduras. Ecuador, el Uruguay, indican que soplan nuevos vientos en América Latina. El Brasil de Lula integrado a la Región y junto a la Argentina de Cristina, en una total sintonía, profundizando el modelo y juntos liderando la región.
Muchos desafíos nos propone este Bicentenario de la emancipación del Imperio Español (porque nuestra historia comienza muchos siglos antes con la de los pueblos originarios) pero, fundamentalmente, debemos comprometernos a no dejar pasar ninguna aventura golpista: sólo así cada uno de nosotros será defensor acérrimo de la democracia que supimos conseguir, profundizando la tarea de construcción de la memoria histórica, señalando las consecuencias del terrorismo de Estado en nuestra sociedad, evitando a los que quieren instalar el olvido, el perdón y la impunidad, exigiendo a los jueces que aceleren los procesos y juicios a todos los responsables civiles y militares del genocidio.
Estamos hoy frente a Campo de Mayo, -lugar emblemático si los hay ya que el golpe cívico militar empezó en San Miguel la noche del 23 de marzo- donde funcionó uno de los peores campos de exterminio y la maternidad clandestina que robaba los bebés de las compañeras.
Algunos, que tenían como misión cuidar las calles y puertas por donde hubo cerca de 5000 compañeros desaparecidos, como Aldo Rico entonces Jefe de la Policía Militar, hoy caminan libres por estas calles, producto de la liberalización política de los años `90. Aquí mismo estuvo detenido y logró fugarse, el compañero Cacho Scarpati, a quien debemos mencionar porque, con su fuga y su denuncia, en 1979 de lo que sucedía, se pudo conocer y mantener viva la causa de Campo de Mayo y lograr que se haga justicia para los detenidos-desaparecidos: Susana Pertierra, Directora de la Escuela Nº 54 de Grand Bourg, Simona Gómez considerada “peligrosa” por reclamar la copa de leche para las escuelas de Grand Bourg,.Juan y José Gaetán, Tito Deleroni, por nombrar al menos algunos entre cientos de compañeros más.
Zona muy castigada la Región Zona 4, a la que el General Jorge Omar Riveros destinó al intendente Interventor Teniente Coronel Luis Antonio Ortelli desde los primeros días del golpe de 1976: desde ese mismo momento recrudecieron las desapariciones. Por eso esperamos que se encarcele a todos los .responsables de delitos de lesa humanidad. Como ya se encarceló al represor Luis Abelardo Patti y va a juicio oral, como fue el genocida Bussi, el dictador Bignone, sufre 25 años de prisión en cárcel común junto a Tepedino y Perelló –entre otros– por los graves delitos cometidos aquí mismo.
A cuadras de acá permanecía sin identidad hasta hace pocos meses Francisco Madariaga, -nieto recuperado 101- por lo que sabemos y sentimos que permanecen otros en la misma condición. Fue la encomiable lucha de Madres, Abuelas y la importancia del Banco Nacional de Datos Genéticos que han liderado los esfuerzos. Para los que no quieren que tengamos memoria seguiremos luchando para la aparición con vida de Julio Jorge López y el esclarecimiento del crimen de Silvia Suppo. Pero esta profundización de logros y nuevos objetivos que lleva adelante el pueblo con su Gobierno también trae consecuencias: aquella asonada cívico militar de 1976 , -a no dudarlo-, adopta nuevos ropajes hoy en que la reacción ataca con armas subrepticias.
Instamos a seguir la lucha para que no quede ningún responsable en libertad y por la apertura de los archivos del Batallón 601, donde además figuran varios delincuentes civiles. En Julio recomienza el juicio al torturador Patti por lo ocurrido en Campo de Mayo y las maternidades clandestinas y también en Córdoba el juicio por el robo de bebés a Videla y el torturador Benjamín Menéndez. Y allí estaremos junto a todos los compañeros, los que están y los que no, para lograr justicia.
Hemos superado la impunidad , ahora vamos por todo lo que falta:
Por un Bicentenario con Memoria Verdad y Justicia,
¡¡¡Vamos por más!!!,
Juicio y castigo a todos los genocidas militares y civiles
¡VAMOS POR MÁS!
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS MILITARES Y CIVILES
Cuando el 20 de abril de 2010, en Vicente López, se dictó condena a los responsables del terrorismo de Estado, que actuaron desde Campo de Mayo, se dio un nuevo paso hacia la Memoria, la Verdad y la Justicia.
La Argentina está viviendo una nueva etapa marcada por la recuperación de nuestra identidad nacional, los objetivos sociales políticos y económicos del pueblo junto a la revalorización de la militancia política, que abraza el Proyecto Nacional y Popular, fundamentalmente comprometida con la justicia y con la memoria, única posibilidad de encontrar caminos ciertos de reconstrucción de la Patria. La incansable lucha de los organismos de Derechos Humanos, los militantes del campo popular, las organizaciones políticas, desde Evita hasta hoy -este acto coincide con la fecha de su nacimiento-, sumada a la entonces Coordinadora de Gremios, Comisiones Internas y Fábricas en Conflicto y la voluntad política del actual Gobierno Nacional, nos permite comenzar a construir una sociedad sin impunidad.
Se está reivindicando la lucha de muchos compañeros que dieron su vida por la Liberación Nacional y Social. Se recupera la memoria de una generación que fue torturada y desaparecida por el terrorismo de Estado: desde esa situación, se están juzgando a los responsables militares y, a partir de la derogación del indulto a Martínez de Hoz, por el secuestro de los empresarios Federico y Francisco Gutheim se comienza a llevar al banquillo de los acusados a los civiles que fueron el soporte ideológico del golpe de cívico militar –más cierta cúpula eclesiástica y numerosos capellanes- del 24 de Marzo de 1976. Porque el terrorismo de Estado fue el mecanismo para llevar adelante la destrucción de las estructuras económicas y sociales a favor de los grandes grupos concentrados de la economía.
Como pueblo, hemos vivido en estos últimos doscientos años luchas, contradicciones y avasallamientos por golpes de Estado. Era “corriente” la interrupción del funcionamiento institucional, la hegemonía de los que más tienen en detrimento de los más pobres, que sufrieron todo tipo de expoliaciones y saqueos.
Esos golpes de Estado perseguían distintos objetivos aunque coincidían en la identificación de su enemigo interno, el Pueblo, sus conquistas y reivindicaciones. La dictadura que asaltó el poder el 24 de marzo de 1976, escribió la página más dolorosa para nuestro pueblo, instalando una metodología de exterminio, que el compañero, militante y periodista Rodolfo Walsh, en su carta a la Junta Militar definiera claramente en 1977.
El terrorismo de Estado cometió crímenes contra el pueblo, dejando como saldo una generación de cuadros y militantes diezmada por la tortura y la desaparición forzada: la destrucción de todas las conquistas sociales, gremiales y políticas que a través de muchos años de lucha, nuestro Pueblo había conquistado.
En lo económico, la Dictadura apuntó a impedir los avances ligados al interés popular para consolidar estructuras económico sociales ligadas al neoliberalismo. Decía Walsh: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.”
Destruyó todo rasgo de independencia, abortó procesos de industrialización nacional para convertirla en una raquítica economía cada vez más dependiente de los centros de poder concentrado. En la década del 80, a tono con el neoliberalismo, los gobiernos de la Argentina hacían los deberes preparando las bases del lamentable modelo que se consolidó en los noventa durante el menemdelarruismo.
Las secuelas de ese engendro político y económico se vivieron aún con más nitidez en la estructura social. De un país pujante y en vías del autosostenimiento, con trabajo digno y ascenso social creciente, buena educación pública, donde los hijos de obreros accedían a la universidad, la última dictadura preparó la puerta para la caída de millones de argentinos en la marginalidad total, sin derecho al trabajo ni al estudio y sin salud pública que los atendiera. Mataron, torturaron, violaron, robaron bebés arrojando a sus madres al mar, al tiempo que exiliaron a miles de militantes argentinos y así consolidaron la entrega. Planificaron, desde el terror, un disciplinamiento social acorde con lo que querían los monopolios extranjeros y la oligarquía local.
Se construyó un sistema oscurantista, utilizando la censura, la destrucción de libros y estudios científicos, la persecución a intelectuales, periodistas, impidiendo cualquier publicación que desafiara las atrocidades de la dictadura. En esos años se permitió un decreto ley de Radiodifusión que favorecía la concentración de los medios de comunicación y el robo de Papel Prensa a la familia Graiver, mientras varios de sus miembros eran sometidos a tortura. Los que se beneficiaron con esa situación, están trabando la aplicación de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual del Gobierno Popular, al tiempo que esconden nietos apropiados ilegalmente mientras ocultan su identidad, como Ernestina Herrera de Noble.
En el marco de alianzas cada vez más fuertes con nuestros hermanos latinoamericanos -que también vivieron dictaduras-, todos los países de América Latina estarán festejando su emancipación de la corona española. Casi todos sufrieron en carne propia la estrategia de los golpes de Estado ordenados por el imperialismo y ejecutados por las oligarquías locales. Los países hermanos, como el nuestro, también están encarando ricos procesos populares de reconstrucción de sus economías, de sus identidades, la plena soberanía, independencia y justicia social de sus pueblos. Cuba, resistiendo el embargo económico, Bolivariana de Venezuela, profundizando su revolución. Bolivia, donde campesinos, obreros y pueblos originarios están construyendo la patria plurinacional. Nicaragua, Paraguay, la resistencia de Honduras. Ecuador, el Uruguay, indican que soplan nuevos vientos en América Latina. El Brasil de Lula integrado a la Región y junto a la Argentina de Cristina, en una total sintonía, profundizando el modelo y juntos liderando la región.
Muchos desafíos nos propone este Bicentenario de la emancipación del Imperio Español (porque nuestra historia comienza muchos siglos antes con la de los pueblos originarios) pero, fundamentalmente, debemos comprometernos a no dejar pasar ninguna aventura golpista: sólo así cada uno de nosotros será defensor acérrimo de la democracia que supimos conseguir, profundizando la tarea de construcción de la memoria histórica, señalando las consecuencias del terrorismo de Estado en nuestra sociedad, evitando a los que quieren instalar el olvido, el perdón y la impunidad, exigiendo a los jueces que aceleren los procesos y juicios a todos los responsables civiles y militares del genocidio.
Estamos hoy frente a Campo de Mayo, -lugar emblemático si los hay ya que el golpe cívico militar empezó en San Miguel la noche del 23 de marzo- donde funcionó uno de los peores campos de exterminio y la maternidad clandestina que robaba los bebés de las compañeras.
Algunos, que tenían como misión cuidar las calles y puertas por donde hubo cerca de 5000 compañeros desaparecidos, como Aldo Rico entonces Jefe de la Policía Militar, hoy caminan libres por estas calles, producto de la liberalización política de los años `90. Aquí mismo estuvo detenido y logró fugarse, el compañero Cacho Scarpati, a quien debemos mencionar porque, con su fuga y su denuncia, en 1979 de lo que sucedía, se pudo conocer y mantener viva la causa de Campo de Mayo y lograr que se haga justicia para los detenidos-desaparecidos: Susana Pertierra, Directora de la Escuela Nº 54 de Grand Bourg, Simona Gómez considerada “peligrosa” por reclamar la copa de leche para las escuelas de Grand Bourg,.Juan y José Gaetán, Tito Deleroni, por nombrar al menos algunos entre cientos de compañeros más.
Zona muy castigada la Región Zona 4, a la que el General Jorge Omar Riveros destinó al intendente Interventor Teniente Coronel Luis Antonio Ortelli desde los primeros días del golpe de 1976: desde ese mismo momento recrudecieron las desapariciones. Por eso esperamos que se encarcele a todos los .responsables de delitos de lesa humanidad. Como ya se encarceló al represor Luis Abelardo Patti y va a juicio oral, como fue el genocida Bussi, el dictador Bignone, sufre 25 años de prisión en cárcel común junto a Tepedino y Perelló –entre otros– por los graves delitos cometidos aquí mismo.
A cuadras de acá permanecía sin identidad hasta hace pocos meses Francisco Madariaga, -nieto recuperado 101- por lo que sabemos y sentimos que permanecen otros en la misma condición. Fue la encomiable lucha de Madres, Abuelas y la importancia del Banco Nacional de Datos Genéticos que han liderado los esfuerzos. Para los que no quieren que tengamos memoria seguiremos luchando para la aparición con vida de Julio Jorge López y el esclarecimiento del crimen de Silvia Suppo. Pero esta profundización de logros y nuevos objetivos que lleva adelante el pueblo con su Gobierno también trae consecuencias: aquella asonada cívico militar de 1976 , -a no dudarlo-, adopta nuevos ropajes hoy en que la reacción ataca con armas subrepticias.
Instamos a seguir la lucha para que no quede ningún responsable en libertad y por la apertura de los archivos del Batallón 601, donde además figuran varios delincuentes civiles. En Julio recomienza el juicio al torturador Patti por lo ocurrido en Campo de Mayo y las maternidades clandestinas y también en Córdoba el juicio por el robo de bebés a Videla y el torturador Benjamín Menéndez. Y allí estaremos junto a todos los compañeros, los que están y los que no, para lograr justicia.
Hemos superado la impunidad , ahora vamos por todo lo que falta:
Por un Bicentenario con Memoria Verdad y Justicia,
¡¡¡Vamos por más!!!,
Juicio y castigo a todos los genocidas militares y civiles
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